Si alguna vez pudiera enmendar un error sería el de abandonarte. Porque te pienso cada minuto, y te odio, si me permites la osadía, por haberme juzgado antes de tiempo.
No sé por qué me ahogo en este pozo de nuevo. No sé cuándo olvidé nadar.
La amargura del deseo de sobreponerme a cada lágrima me hace, inevitablemente, volver a llorar.
Basten estos versos para decirte que sigues contando con mi esclavitud a ciegas, no importa cuándo me reclames. Basten estos versos para decirte que sigo soñando con dar una vuelta, olvidar todo...simplemente, volver a empezar.