lunes, 15 de diciembre de 2008

El Mundo

Me da tanto miedo el mundo, que ni con todo mi empeño puedo apartarme de él. Paradojas que acompañan mi camino; incertidumbre que alimenta mi curiosidad. Si no le tuviera tanto miedo, quizá no pasaría las horas esperando a ver qué me depara. Creando en mi cabeza mil posibilidades distintas; inventando argumentos, a veces, en diferentes lugares del planeta.

Me da tanto miedo el mundo, que no sabría qué hacer sin él. Me aterra tanto la idea de volar, que nunca corto mis alas. Tiemblo al pensar en el mañana, pero, cada noche, me acuesto deseando que, con el alba, nazca también un futuro, una nueva aventura; otro vuelo, un cambio. Para poder, por fin, matar las ansias de saber qué me depara la vida, y vivir en el presente.

...Que no es siempre un error vivir deprisa...Querer escapar, descubrir de verdad lo que es, simplemente, vivir...

viernes, 12 de diciembre de 2008

Miradas que asesinan

Y ahí estaba yo, aguantando la mirada. Con la fuerza superficial de quien se muere por dentro. Fijamente, sin parpadear.
Sus ojos clavados en los mios parecían pedirme clemencia, y, de forma paradójica, parecían perdonarme la vida a la vez. Pero yo miraba fijamente.

Fueron pocos segundos, quizá cinco...Pero para mí era una lucha eterna. No moví ni un milímetro mi cuerpo, desafiante bajo el marco de la puerta. Como si de una foto se tratase, permanecí inmóvil todo el tiempo. No existía ninguna razón aparente para creer que, pese a esa estructura de hierro en la que me había convertido, mi alma estaba soñando en ese instante con que tan sólo fuera una historia inventada más. De esas que surgen cada minuto en mi cabeza. De esas que han construido una vida paralela, para huir de las miradas que nunca quisé mirar.

Y, lo cierto es que, llegado este día, siento que al fin he subido al barco en el que nunca quise zarpar.