martes, 20 de febrero de 2007

Con Retraso, mucho retraso...

Presentación del Carnaval de Cádiz'07 en Madrid (Candu & MaRy)

---------------------------------------------------------------------------------
La noche más gaditana de Madrid
El Carnaval de Cádiz se presenta en la Capital de España

Alfonso Montilla y María Carbajo
El antiguo cuartel de Conde Duque de Madrid se vestía de gala un año más para acoger entre sus muros llenos de historia la presentación del Carnaval de Cádiz. El monumental edificio (actualmente utilizado para fines culturales) abría sus puertas a la gran fiesta de la tacita de plata. Las ninfas del año 2006, junto a la Diosa, Lorena Ávila, formaban el comité de bienvenida en la escalinata de entrada, derrochando belleza y gracia gaditana, agitando sus plumeros y haciéndose fotos con la multitud que, ya acercándose las nueve de la noche, comenzaba a aparecer por el patio del centro. Muchos madrileños enamorados de Cádiz y muchos gaditanos que viven lejos de su tierra se daban cita en lo que prometía ser una noche especial; una de esas noches inolvidables que se viven con pasión e ilusión; una noche gaditana en la capital de España.

El acto comenzaba con unos minutos de retraso, con Teofila Martínez, alcaldesa de Cádiz, presentando el lema de promoción de la ciudad, cuya campaña turística se comenzó a promover el pasado verano, “Cádiz, la ciudad que sonríe”. Deseó a todos los asistentes una agradable noche y cerró así su discurso de bienvenida, no sin antes confesar el “toque de atención” recibido por los carnavaleros comparsistas, que mostraban su discrepancia ante la proyección del acto años anteriores, pues siempre acuden coros y chirigotas, pero nunca comparsas. Turno de palabra para el coordinador general de las Artes de Madrid, Carlos Baztán, que destaca la hospitalidad de la capital, y deja claro que esa noche sólo existen dos protagonistas: Cádiz y su Carnaval.

El tradicional pregón del acto corre a cargo de José Oneto, conocido periodista de San Fernando y un enamorado más de esta fiesta gaditana. Durante su tiempo en el atril, el pregonero del Carnaval de Cádiz en Madrid hace referencia al arte que derrocha la ciudad andaluza, destacando figuras que han marcado la historia tradicional de ésta, como Paco Alba, Antonio Burgos o “el Quini”. Realiza un estupendo recorrido por la historia del Carnaval, con mucho arte y levantando aplausos entre el público. Y es que, parafraseando el gran pregón de Oneto, “en cada esquina de Cádiz habita un genio”. Tras los emotivos abrazos y muestras de cariño a este gran periodista, que, emocionado, devuelve a los asistentes sus calurosos aplausos; llega la hora de disfrutar de las agrupaciones.

Sobre las tablas empiezan a aparecer los componentes de “Comediantes”, coro de Nandi Migueles que obtuvo el primer premio en el pasado concurso de agrupaciones. El Coro de los Niños monta su batea y comienza a deleitar a los carnavaleros allí congregados con la presentación. Al principio el ambiente es frío; el patio de butacas no se deja llevar por el ritmo del tanguillo gaditano, pero, las Ninfas (que estaban ubicadas en su sitio habitual, el palco izquierdo), con sus palmas y gritos de ánimo, consiguen contagiar al auditorio que acaba gritando al unísono “esto si que es, un peaso coro”. En ese momento, el Centro Cultural Conde Duque era por unas horas el pequeño Falla particular de la Comunidad de Madrid. Se respiraba Carnaval, se respiraba Cádiz; su Majestad el Tango invadía la capital.

El popurrí del coro mantuvo su gracia con los títeres, a pesar de no tener el pequeño teatrillo que llevaban en el concurso. Demostraron, una vez más, que cuentan con grandes voces (como la de Perico, que cantó el tango “Que desde que se cruzara” en versión blues, levantando al público de sus asientos) y tuvieron un gran detalle con los carnavaleros madrileños, cantando un tango del coro que Nandi lleva este año al COAC “Los Africanos”; broche de oro para una actuación de primera.

Y pasamos del coro a la comparsa y del tango al pasodoble, para dar paso a la segunda agrupación de la noche. La Caldera tuvo el honor de ser la primera comparsa que acude a este acto de presentación del Carnaval en la capital de España, al que hasta ahora tan sólo acudían los primeros premios de las modalidades de coros y chirigotas. Y así lo hizo saber Faly Mosquera, director de la agrupación, que agradeció a Teófila Martínez la invitación a dicho evento, además de recordarle que aún queda una modalidad de las cuatro participantes en el COAC, por acudir a esta puesta de gala oficial de la Fiesta Gaditana por antonomasia. Quizás en próximas ediciones, los responsables de organizar un acontecimiento de tal calibre, se acuerden de los cuartetos.

Una majestuosa presentación de la comparsa de Joaquín Quiñones y el Noli, encendió aún más la caldera en la que se estaba convirtiendo el Centro Cultural Conde Duque. A continuación una serie de hasta tres pasodobles, dejando claro cual es el punto fuerte de esta modalidad, hicieron las delicias del respetable. El primero de ellos fue “Ay gitanillo”, letra crítica dirigida a un famoso ‘bailaor’, que provocó bastantes aplausos entre el público. Los otros dos pasodobles estaban dedicados al nacimiento de la nieta de Quiñones y al maltrato de la mujer visto por los ojos de un niño. Otras dos maravillosas letras cargadas de sensibilidad y emotividad que calaron hondo en los espectadores. Los dos cuplés provocaron muchas risas entre el público (algo bastante difícil tratándose de una comparsa). El estribillo, cantado con mucha fuerza, hacía destacar la calidad de las voces de este grupo veterano del Carnaval de Cádiz.

La Caldera no cantó su popurrí, en lugar de ello viajaron al pasado para entonar algunas coplas de su antología. Así lo anunció Faly Mosquera, que dijo que en Madrid se entiende mucho de carnaval y que se estaban sintiendo como en casa. La presentación de Noche de Falla, los pasodobles “Lucía un sol” de Charrúas y “Es ley de vida” de El Circo, y una rumbita que provocó que las ninfas se animaran a bailar, pusieron punto final a la actuación de la comparsa.

Y tras la comparsa de Quiñones, llegó el turno para la chirigota de ‘el sheriff’. Rompiendo el esquema, más o menos clásico, empleado en las diferentes sesiones del COAC y algunos otros actos carnavalescos, en los que la chirigota se intercala entre el coro y la comparsa, la modalidad ‘reina’ del Carnaval de Cádiz tuvo el honor de poner el broche de oro a esta noche madrileña de coplas de carnaval. Quizás con ello se pretendía despedir el acto con una enorme sonrisa, haciendo un guiño al eslogan lanzado por el Ayuntamiento gaditano, “Cádiz, la ciudad que sonríe”, nueva marca turística de la ciudad.

Con unos chalecos reflectantes capaces de divisarse desde cualquier punto de la capital de España, hizo su aparición la chirigota Los Aguafiestas, que más que aguar, avivaron aún más un espectáculo que ya de por sí se encontraba bastante animado. El público estuvo muy activo durante toda la noche (sobre todo con esta última agrupación), agitando constantemente los plumeros que invadían el teatro. Además interactúo con la chirigota en las partes del repertorio que así lo requería, y que así se lo solicitaba el ‘Lulu’ y el ‘sheriff’. Dos grandes chirigoteros, perfectamente compenetrados, que se entienden con sólo mirarse y que se mueven como pez en el agua sobre el escenario.

Muy metidos en el tipo (“con cara de cabrones” como dijo el ‘Lulu’) cantaron su presentación y posteriormente un pasodoble que bien podría estar dirigido a cualquiera de los madrileños presentes en la sala, en el que invitan a toda persona de fuera de Cádiz a visitar su Carnaval (“si buscas los carnavales de la tacita de plata…”). Posteriormente cantaron un par de cuplés, que hicieron reír a carcajadas a los espectadores, los cuales participaron activamente en el estribillo. Ya con la presencia del perro (aunque tenga cara de humano, como dijeron ellos) que llevan siempre consigo estos guardia civiles, dieron comienzo a un popurrí lleno de golpes que provocaban una carcajada tras otra.

Tras recordar el ‘Lulu’ que él es el único de todos los componentes que tiene que trabajar al día siguiente, interpretan algunas coplas de la antología, entre los gritos de “¡esto sí que es una chirigota!” provenientes del patio de butacas. Las parodias, que forman parte del espectáculo, no paran de sucederse antes de cantar los cuplés "Hablando sobre embarazos" de Los Aleluya y "con este cuerpazo" de Los Lays, y sus respectivos estribillos en los que el público vuelve a colaborar. La presentación de los pringaos y un pasodoble de las madrinas, es lo siguiente que cantan estos chirigoteros que dejan al Lulu sólo ante el peligro para interpretar la rumba que le han pedido insistentemente las ninfas. Estás últimas salen al escenario para bailar mientras continúa sonando la rumba, que pone punto final a esta Presentación del Carnaval de Cádiz en Madrid.
-------------------------------------------------------------------------------------

Próximamente la Crónica y fotos en www.chirigoteando.com

miércoles, 14 de febrero de 2007

La estación fantasma


Recuerdo que hace años salí del cine impresionada tras ver "Barrio" de Fernando Leon. Una de las obras maestras del cine español, y una de las películas que han marcado mi vida en mayor medida. Pero, en realidad, lo que más me llamó la atención de la película fue, sin duda, enterarme de que en el Metro de Madrid existía una estación fantasma, una antigua estación abandonada. En aquella época yo tenía 11 años, por lo que era habitual entusiasmarme con algo y olvidarlo al día siguiente (a veces sigue ocurriendo, pero ese es otro tema); por lo que, olvidé la historia hasta que, hace unos días, navegando por la blogosfera,di con el blog De Madrid al Cielo, y encontré el siguiente video del programa de Iker Jímenez, Cuarto Milenio, en Cuatro:

Automáticamente recordé aquellas insaciables ganas de saber más sobre el tema, con las que salí del cine aquella tarde de 1998 y, dejando todos mis quehaceres apartados, y con nueve años de retraso, me puse a investigar. Espero que os apasione tanto como a mí ;-)


---------------------------------------------------------------------------------
La antigua estación de metro de Chamberí (una de las primeras ocho estaciones que se abrieron en 1919, constituyendo así el embrión de lo que hoy es una de las redes de metro más importantes de Europa) fue cerrada un domingo, 21 de mayo de 1966.

La nueva legislación de la compañía Metropolitana que obligaba a ampliar los andenes de 60 a 90 metros para que los trenes circularan con más vagones, hizo inevitable el cierre; pues la estación de Chamberí estaba demasiado cerca de sus estaciones vecinas: Bilbao e Iglesia (en concreto a 310 y 223 metros respectivamente), lo que hizo imposible realizar la ampliación del andén ya que los trenes en el recorrido entre las tres estaciones apenas tendrían tiempo para coger vecolidad e, incluso, frenar a tiempo. A esto sumamos una serie de condiciones demográficas del terreno que también influyeron en esta irrevocable decisión.

Y así, sin más, se tapiaron los accesos desde la calle, pero los andenes y pasillos de la estación quedaron intactos; así como la cabina del jefe de estación, las taquillas, los tornos y los carteles informativos y publicitarios de la época. Incluso en el suelo aún quedan billetes usados, periódicos y demás objetos que nos transportan al Madrid del siglo XX.

Todo un tesoro enterrado que, por desgracia, en los últimos años, ha sido lugar predilecto de vándalos que por las noches acceden a realizar sus grafitis y demás gamberradas que han conseguido la desaparición de reliquias como mapas antiguos de la red de metro o anuncios publicitarios como los de Galerías Preciados o Coca Cola.


Son pocas las imágenes que se tienen de esta estación, pues los accesos, ahora prohibidos, fueron durante un tiempo privilegio reservado a periodistas e investigadores,previa acreditación de la compañia Metropolitana. La única forma de acceder era a traves de las vías, desde las estaciones colindantes.

Quizá las imágenes más reveladoras son las que aperecen en la película de Fernando León "Barrio" (1998), en cuya trama, los protagonistas no llegan a tiempo de coger el último metro del día, y deciden continuar por los andenes, llegando así a la estación fantasma.
En la cinta, la estación aparece plagada de mendigos y sintecho que pasan la noche al amparo del moho y el polvo de la estación dormida. Trabajadores de Metro de Madrid aseguran que muchos han sido los mendigos que han pasado allí la noche, pues la vigilancia de la zona no era demasiado alta años atrás.

El siguiente es un video del fragmento de la película grabado en la antigua estación de Chamberí:

. En el trayecto entre las estaciones de Bilbao e Iglesia, con dificultad por la velocidad del tren, se puede ver parte de lo que fueron en su día unos andenes acostumbrados al ir y venir de gente propio de Madrid y que, hoy, sólo ven pasar trenes y trenes que nunca paran.

El ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha las obras del proyecto con el que quieren convertir este tesoro en Centro de Interpretación del Metro; es decir, una especie de museo histórico de la red Metropolitana de nuestra ciudad. Es por eso por lo que, si ahora miras a través de los cristales entre Iglesia y Bilbao, encontrarás luces, obreros y los andenes tapiados.

Las opiniones respecto a esta medida están repartidas: unos creen que sería mejor mantener el espíritu misterioso de la estación, dejándola tal y como está e, incluso, realizar visitas guiadas etc.; y otros apoyan la medida que ha tomado el ayuntamiento, aunque con esperanza de que respeten intacto el mobiliario de la época que aún se converva en los pasillos de ese fantasma llamado Chamberí.



---------------------------------------------------------------------------------
Fuentes utilizadas:
Informativos Telecinco
De Madrid al Cielo
La Coctelera el blog de Milton
Búsqueda Google

---------------------------------------------------------------------------------

martes, 13 de febrero de 2007

Martes y 13...

No vengo a hablar de supersticiones ni mala suerte. Simplemente, el día me ha recordado a aquel gran duo del humor español, que nunca tendrá replica ni imitadores que se les parezcan. Los que no somos supersticiosos, hoy, en lugar de evitar escaleras y espejos, nos reimos con el recuerdo de Josema y Millán. Que disfrutéis.



Un clásico...



¿Quién no recuerda una nochevieja cualquiera con el especial de Martes y 13 de fondo?


Cambiando radicalmente de tema; hoy hace 170 años que se suicidó uno de los escritores que más admiro de entre todos los genios de la palabra que este país ha visto nacer. Hoy hace 170 años que se quitó la vida Mariano José de Larra, el humilde Fígaro.

Última escena de "Los Inseparables"

Su vida y obra en la Wikipedia

lunes, 12 de febrero de 2007

Felicidades, genio!!!

Feliz 57 cumpleaños, flaco. Que sean muchos más...Cuántos recuerdos de mi vida llevan como banda sonora una canción de Sabina...

viernes, 9 de febrero de 2007

Relato inacabado

Copio aquí la primera hoja de aquel relato que tenía pensado escribir para el concurso local de relatos cortos. Sólo conseguí descifrar y plasmar en el papel una parte de lo que mi cabeza quería decir (cada día me cuesta más). Espero que os guste, os lo copio con la esperanza de que, por estar colgado aquí, inacabado, me obligue a mi misma a continuarlo. Saluditos.


Se despertó desnuda. La suave brisa del mar entraba por la ventana. La luna de agosto alumbraba las últimas horas de oscuridad, esperando impaciente su agonía con la salida del sol. Las siete y cuarto.

Se sentía vacía, como la fría soledad de su almohada. Buscaba y no encontraba. Una noche más al amparo de la madrugada. No recordaba cuando se había marchado su última conquista, ni siquiera recordaba su rostro, ni el calor de sus manos. Era sólo alguien más. Su vida giraba en torno a la extraña manía de querer tenerlo todo, pero ella no era el centro. El eje central del remolino de sus días se había marchado años atrás, llevándose consigo una maleta, un billete sin vuelta y el dinero ahorrado para la nueva casa. Desde entonces, Ana vive sin saber por qué, ama sin saber a quién y camina sin saber a dónde.

Unas voces interrumpen su descanso; había quedado para comer con Julia, y el reloj hacía tiempo que había pasado por la estación de las dos en punto. Con torpeza, Ana sale de la cama, saca una bata del armario y anda hacia la puerta, con el dolor intenso que producen unas copas de más.
“Llevo cuarenta minutos esperándote en el paseo”, protesta Julia. Ana la observa, tiene en sus ojos el brillo inconfundible de eso que llaman felicidad, un vestido rojo y un anillo reluciente en su mano derecha, cual estrella presumida que hace envidiar al firmamento.
“Perdona, anoche me acosté tarde”. Ana se ducha y se arregla en lo que dura un cigarro, y se dirigen al restaurante.

Julia y Ana son amigas desde que, por circunstancias de la vida, ésta se fue a vivir a Cádiz, dejando atrás sus estudios, su familia y a su novio Miguel, al que no le quedó más remedio que resignarse a ver marchar al amor de su vida detrás de un caprichoso médico dietista. Lo dejó todo por un amor que acabó consumiéndola por dentro y por fuera, dejándola muerta en vida, sin esperanza ni ilusión por seguir adelante.

El restaurante se escondía en una de las calles que dan a la Avenida, puertas rojas y un gran letrero que rezaba los platos del día, cristales oscuros y un cartel a la entrada que anunciaba la permisión de fumar en las zonas habilitadas.
Julia pide lasaña; Ana, después de un largo rato pensando, se decide por una ensalada, a pesar de que su extrema delgadez y la tristeza de su piel rosada eran cada vez más evidentes.

Los minutos van pasando con su rapidez debida, pero para Ana se hacen interminables. Aprecia a Julia, fue una de las pocas personas que le enseñaron a vivir tan lejos de su casa, pero no es capaz de soportar la idea de que exista alguien que tenga todo lo que ella perdió, ni soporta recordar lo que era ser feliz, ahora que ella no tenía nada.
-----------------------------------------------------------------------------------

Era una mañana más de invierno, el sonido de la lluvia la despertó de su bello sueño. Miró a su derecha y ahí estaba él, dormido plácidamente, con el edredón arrugado entre sus piernas, acurrucado en posición fetal.