La escondida luz del alma exprime el pasado de tiempos azules y verdes mar. No construye el camino sino que repisa las huellas que dibujó al andar.
¿Por qué no recuperas el rumbo? ¿Por qué no te esfuerzas en olvidar?
domingo, 24 de junio de 2007
viernes, 22 de junio de 2007
jueves, 21 de junio de 2007
Los cuentos...cuentos son
Erase una vez una princesita alegre, fuerte y luchadora, que vivía en un reino muy, muy lejano.
Vivía en el Castillo del malvado Rey, su padre, con la Reina tapada, su madre, y el Principe triste, su hermano. Pero ella era feliz consigo misma, encerrada entre las cuatro paredes de sus aposentos. Tenía el más preciado tesoro, aquel que su hada madrina le concedió al nacer...el don de la fuerza, del espíritu de lucha, el don de salir adelante, obviando las adversidades y saltando por encima de ellas.
Pero, el mismo día que su hada le hacía este preciado regalo, la malvada bruja del reino dejaba caer sobre la princesa una maldición: "el día que tu corazón deje de andar solo y fuerte, te convertirás en alguien debil y perderás el control de tu alma. Regalarás tu vida y sufrirás tu sola. Una venda en los ojos te impedirá amar con coherencia".
Y pasaron los años...
Un buen día apareció un apuesto caballero de ojos color cielo claro, y corazón de oro que enamoró a la princesa. Se sentía afortunada. Pero el don desapareció. Se cumplió la maldición de la malvada bruja.
La princesa se convirtió en un ser infeliz y debil, había regalado enteras su alma y su vida al apuesto caballero, y, aquella venda en los ojos que ahora llevaba le impedía ver las virtudes y cualidades de su pretendiente.
El caballero acabó cansado, pues su amor no tenía recompensa, acabó hastiado de tanta presión, pues la maldición de la princesa podía con todo. Y se marchó a su reino, cabalgando con su caballo, sin mirar atrás, pensando que aquello era lo mejor para los dos. Que su princesa valía más sola y fuerte, que triste y perdida por haber regalado su alma. Que su princesa había perdido su alegría, y la sonrisa que lo enamoró no la encontraba. Decidió partir, para que su princesa volviera a ser feliz.
Desde ese día, la princesa dormía entre lágrimas todas las noches, pensando en que jamás podría volver a vivir sin su apuesto caballero de ojos color cielo claro. Creía que había perdido toda su vida, que no sabría volver a soñar.
De una de sus miles de lágrimas derramadas, apareció su hada:
"Oh princesa...me duele tanto verte así...Tú siempre supiste luchar, tu siempre fuiste fuerte, siempre salías airosa de las situaciones adversas, siempre encandilabas a tu reino con tu espíritu positivo, tus ojos llenos de vida, y tu sonrisa permanente...Maldigo a la bruja que te hizo esto..."
Y la bruja apareció de entre las sombras:
"¿Es que no quereis daros cuenta? Toda persona es dueña y creadora de sus defectos y sus virtudes. Toda persona controla los tesoros y maldiciones. Tú, princesa, tú sola dejaste marchar tu alma, tú sola perdiste la sonrisa, y tú sola te impusiste aquella maldita venda, que no te dejó apreciar la belleza interior del apuesto caballero. Tú sola te dejaste perder"
-¡¡¡Márchate!!!- gritó llena de ira la princesa.
-No puedo marcharme...soy tú misma- replico la bruja.
-¿Qué estás diciendo?- preguntó la princesa triste, convertida ahora en un profundo océano de dudas.
-Intento decirte, querida princesa, que tú eres yo. Que el hada eres tú. Que sólo existimos en tu cabeza. Tú nos controlas. Estamos aquí porque tú nos has inventado. Estamos aquí porque tú quieres que estemos. Pero no existimos. Todo, mi querida princesa, lo has inventado tú.
La princesa dejó de llorar. Abrió los ojos. El día despertaba. Se vio sola. Ni el hada ni la bruja estaban con ella.
En ese momento comprendió que, ella había sido fuerte porque ella misma se había hecho fuerte, luchaba contra todo porque así había aprendido a vivir. Aquel don lo consiguió por sus propios medios. Y, aquella maldición, se la había creado ella sola. Cometió el error de regalar su alma. Tanto lo bueno como lo malo de su vida lo había sembrado y recogido ella sola.
Ahora veía todo claro...volvía a ser feliz. Pero...aún le faltaba el amor de su anhelado caballero de los ojos color cielo claro. Ahora que volvía a ser aquella princesa, orgullo de su reino, quería mostrarle al caballero todo lo que era. Y soñaba cada noche con que volviera...
Dicen que, todavía hoy, sigue soñando. Pero nunca pierde la sonrisa. Ahora tiene algo que antes no tenía. Se tenía a ella misma. Había recuperado su fortaleza y seguridad. Y luchaba por recuperar el amor de la única persona a la que había querido de verdad.
Quizá algún día coman perdices...
PD1: Cualquier parecido con la realidad es...precisamente eso, realidad ;-)
PD2: Hace mucho tiempo, alguien pidió a la princesa que escribira un cuento...El contacto se perdió con esa persona, pero, la princesa hoy se siente realizada por haber cumplido su promesa ;-)
Vivía en el Castillo del malvado Rey, su padre, con la Reina tapada, su madre, y el Principe triste, su hermano. Pero ella era feliz consigo misma, encerrada entre las cuatro paredes de sus aposentos. Tenía el más preciado tesoro, aquel que su hada madrina le concedió al nacer...el don de la fuerza, del espíritu de lucha, el don de salir adelante, obviando las adversidades y saltando por encima de ellas.
Pero, el mismo día que su hada le hacía este preciado regalo, la malvada bruja del reino dejaba caer sobre la princesa una maldición: "el día que tu corazón deje de andar solo y fuerte, te convertirás en alguien debil y perderás el control de tu alma. Regalarás tu vida y sufrirás tu sola. Una venda en los ojos te impedirá amar con coherencia".
Y pasaron los años...
Un buen día apareció un apuesto caballero de ojos color cielo claro, y corazón de oro que enamoró a la princesa. Se sentía afortunada. Pero el don desapareció. Se cumplió la maldición de la malvada bruja.
La princesa se convirtió en un ser infeliz y debil, había regalado enteras su alma y su vida al apuesto caballero, y, aquella venda en los ojos que ahora llevaba le impedía ver las virtudes y cualidades de su pretendiente.
El caballero acabó cansado, pues su amor no tenía recompensa, acabó hastiado de tanta presión, pues la maldición de la princesa podía con todo. Y se marchó a su reino, cabalgando con su caballo, sin mirar atrás, pensando que aquello era lo mejor para los dos. Que su princesa valía más sola y fuerte, que triste y perdida por haber regalado su alma. Que su princesa había perdido su alegría, y la sonrisa que lo enamoró no la encontraba. Decidió partir, para que su princesa volviera a ser feliz.
Desde ese día, la princesa dormía entre lágrimas todas las noches, pensando en que jamás podría volver a vivir sin su apuesto caballero de ojos color cielo claro. Creía que había perdido toda su vida, que no sabría volver a soñar.
De una de sus miles de lágrimas derramadas, apareció su hada:
"Oh princesa...me duele tanto verte así...Tú siempre supiste luchar, tu siempre fuiste fuerte, siempre salías airosa de las situaciones adversas, siempre encandilabas a tu reino con tu espíritu positivo, tus ojos llenos de vida, y tu sonrisa permanente...Maldigo a la bruja que te hizo esto..."
Y la bruja apareció de entre las sombras:
"¿Es que no quereis daros cuenta? Toda persona es dueña y creadora de sus defectos y sus virtudes. Toda persona controla los tesoros y maldiciones. Tú, princesa, tú sola dejaste marchar tu alma, tú sola perdiste la sonrisa, y tú sola te impusiste aquella maldita venda, que no te dejó apreciar la belleza interior del apuesto caballero. Tú sola te dejaste perder"
-¡¡¡Márchate!!!- gritó llena de ira la princesa.
-No puedo marcharme...soy tú misma- replico la bruja.
-¿Qué estás diciendo?- preguntó la princesa triste, convertida ahora en un profundo océano de dudas.
-Intento decirte, querida princesa, que tú eres yo. Que el hada eres tú. Que sólo existimos en tu cabeza. Tú nos controlas. Estamos aquí porque tú nos has inventado. Estamos aquí porque tú quieres que estemos. Pero no existimos. Todo, mi querida princesa, lo has inventado tú.
La princesa dejó de llorar. Abrió los ojos. El día despertaba. Se vio sola. Ni el hada ni la bruja estaban con ella.
En ese momento comprendió que, ella había sido fuerte porque ella misma se había hecho fuerte, luchaba contra todo porque así había aprendido a vivir. Aquel don lo consiguió por sus propios medios. Y, aquella maldición, se la había creado ella sola. Cometió el error de regalar su alma. Tanto lo bueno como lo malo de su vida lo había sembrado y recogido ella sola.
Ahora veía todo claro...volvía a ser feliz. Pero...aún le faltaba el amor de su anhelado caballero de los ojos color cielo claro. Ahora que volvía a ser aquella princesa, orgullo de su reino, quería mostrarle al caballero todo lo que era. Y soñaba cada noche con que volviera...
Dicen que, todavía hoy, sigue soñando. Pero nunca pierde la sonrisa. Ahora tiene algo que antes no tenía. Se tenía a ella misma. Había recuperado su fortaleza y seguridad. Y luchaba por recuperar el amor de la única persona a la que había querido de verdad.
Quizá algún día coman perdices...
PD1: Cualquier parecido con la realidad es...precisamente eso, realidad ;-)
PD2: Hace mucho tiempo, alguien pidió a la princesa que escribira un cuento...El contacto se perdió con esa persona, pero, la princesa hoy se siente realizada por haber cumplido su promesa ;-)
domingo, 17 de junio de 2007
Dear Heart (II)
Querido corazón:
Gracias por haber vuelto a aliarte con mi mente. Volvemos a ser uno. Vuelvo a ser yo.
Ya, ya sé que aún vives anclado en aquel lugar...pero, ahora soy yo la que decide lo que haces.
Aguanta, yo te protejo...ahora sí.
Ama sin medida...que, en el momento en el que vea que lloras, pararé definitivamente la batalla. Pero, sabes como soy... siempre lucho por lo que quiero...
Paciencia, yo estoy contigo.
Gracias por haber vuelto a aliarte con mi mente. Volvemos a ser uno. Vuelvo a ser yo.
Ya, ya sé que aún vives anclado en aquel lugar...pero, ahora soy yo la que decide lo que haces.
Aguanta, yo te protejo...ahora sí.
Ama sin medida...que, en el momento en el que vea que lloras, pararé definitivamente la batalla. Pero, sabes como soy... siempre lucho por lo que quiero...
Paciencia, yo estoy contigo.
A long time ago
Hoy mi corazón escribe los renglones más dificiles de su vida, para pedirte que, desde el calor que estoy segura que existe en tu frío ser,lo acojas en tu pecho y lo quieras con todas tus fuerzas...
Convivo con la soledad propia de quien ama sin ser correspondido, y dona su alma sin recibir nada a cambio. Perdoname, pero a veces me encuentro perdida. Cómo puedo sentirme así,si estás aquí? Vuelve, no te veo. ¿Dónde estás?
Perdoname, pero, a veces siento que te da igual todo. Te importa excesivamente poco lo que recorre esta cabecita loca. Remolinos sin fin, absurdos en la mayoría de los casos...pero, verdaderas penas que no encuentran consuelo ni fin en otros tantos...
Nunca quise a nadie como te quiero a ti...Y me aferro a la idea de que me quieres y me necesitas,pero, estoy cansada. Cansada de aferrarme a esa idea abstracta que se manifiesta de forma que sólo entiende su autor. Que sólo entiendes tú y yo no llego a entender. Quiéreme, sólo te pido que me quieras,sólo eso, que me recuerdes algún día que soy algo para ti.
O ahora o ya nunca más...¿me quieres?
En ese momento,comenzó a llover...el cielo se volvió color corazón solitario,el día murió igual que había amanecido...Y al día siguiente, vuelta a empezar.
Nota: Esto fue escrito en marzo...ni fue, ni es real; pero me pareció algo bueno que colgar...
Convivo con la soledad propia de quien ama sin ser correspondido, y dona su alma sin recibir nada a cambio. Perdoname, pero a veces me encuentro perdida. Cómo puedo sentirme así,si estás aquí? Vuelve, no te veo. ¿Dónde estás?
Perdoname, pero, a veces siento que te da igual todo. Te importa excesivamente poco lo que recorre esta cabecita loca. Remolinos sin fin, absurdos en la mayoría de los casos...pero, verdaderas penas que no encuentran consuelo ni fin en otros tantos...
Nunca quise a nadie como te quiero a ti...Y me aferro a la idea de que me quieres y me necesitas,pero, estoy cansada. Cansada de aferrarme a esa idea abstracta que se manifiesta de forma que sólo entiende su autor. Que sólo entiendes tú y yo no llego a entender. Quiéreme, sólo te pido que me quieras,sólo eso, que me recuerdes algún día que soy algo para ti.
O ahora o ya nunca más...¿me quieres?
En ese momento,comenzó a llover...el cielo se volvió color corazón solitario,el día murió igual que había amanecido...Y al día siguiente, vuelta a empezar.
Nota: Esto fue escrito en marzo...ni fue, ni es real; pero me pareció algo bueno que colgar...
miércoles, 6 de junio de 2007
viernes, 1 de junio de 2007
Ni un llanto más
Suscribirse a:
Entradas (Atom)