Yo tampoco creí nunca en los libros de autoayuda. Pero, lo cierto es que, y aunque la autora se empeñe en decir que éste no lo es, a mí me lo está pareciendo. Un libro de autoayuda en toda regla. Disfrazado de ensayo basado en un estudio psicológico. Pero, sin duda, un libro que ayuda a quien lo lee
(que un libro que, de alguna manera, te ayuda al leerlo sea un libro de autoayuda es, en gran medida, una afirmación relativa, porque, incluso una novela puede arreglar los conflictos de quien la lee; pensamiento que afirmarán sin duda los que hayan leido, por citar un ejemplo, 'El caballero de la armadura oxidada').Me refiero a
Ya no sufro por amor, de mi venerada Lucía Etxebarría.
Lo reconfortante es que el libro no me está sirviendo de nada. Y digo reconfortante porque, darte cuenta de que un libro que habla de qué es y cómo superar la dependencia emocional, el maltrato psicológico, y la baja autoestima, no te está ayudando es, cuanto menos, agradable.
Para lo unico que me está haciendo falta (aparte de para llenar horas de inactividad - estoy devorando el libro literalmente, a veces, como alternativa a estudiar-) es para sentirme absolutamente conforme conmigo misma. Orgullosa.
Porque hay capítulos del libro que parecen una biografía de mi persona. Porque hay momentos negros de mi pasado fácilmente reconocibles en muchísimas de sus páginas. Pero aquí estoy. Salí de aquellos días entera, sin apenas rasguños. Y un poco más sabía, si me permitis la osadía.
Leer un libro que habla de algo tan desagradable y que no te sirva para nada, excepto para darte cuenta de que saliste de aquello a fuerza de creer en ti es maravillosamente reconfortante. Darte cuenta entre sus páginas de que has sabido vivir sin la cruz a cuestas de lo anteriormente vivido (no hablo sólo de amoríos, también de otros errores y lastres varios) y levantar con orgullo la cabeza cada mañana disfrutando de la vida, de verdad, es increíblemente fantástico.
Os recomiendo encarecidamente
el libro para que os sintais como yo o para, simplemente, encontrar la forma de salir de los días oscuros.
Perdonad mi aparente prepotencia o supuesto complejo de superioridad mostrado en este artículo. Nada más lejos de mi intención. Simplemente me he dado cuenta de que soy muy afortunada. Lo llevaba sospechando unos meses ya, y hoy lo he confirmado. Soy feliz...
qué alegría más tonta...