viernes, 10 de diciembre de 2010

Cartas desesperadas (I)

Nadie te otorgó el derecho a machacar cada detalle de mi existencia, mientras clamas con rabia que no tienes mi atención.
Nadie, en un mundo lleno de lógica, podría entender que me mientas después de tanto tiempo.

Se me antoja absurdo que sigas inventando novelas para no admitir que aún habitas en la tierra de la vergüenza, jugando al escondite, matando tu alegría.

Que todavía no encuentro sentido a tus continuas descalificaciones. A las malas interpretaciones de mis actos.

Deberías saber ya que la diferencia que separa la sana práctica de pensar en uno mismo del error de decir todo lo que uno piensa es tan grande como la poca educación que últimamente te caracteriza.

Quizá yo piense mucho en mí, pero nunca escupo aquello que sé que salpica.
Quizá yo parezca ausente, pero no es fácil sobrevivir en medio de una tormenta.

Quizá no todo eres tú, y siempre tú, mientras me exiges que dé la talla.

No pretendas que sea inocente quien nunca lo fue. No me pidas que te enseñe el camino. No me hables de arrogancia. No me vuelvas a decir que se acabó.

1 comentario:

Xurryrisa dijo...

Creo q esta noche tenemos mucho de lo q hablar, aunq espero q no acabe como el otro dia... XD