Pedirte que te marches es más que una utopía, querer que te quedes es mucho más difícil que leer entre tus labios que no vas a volver.
Beber de tus silencios emborracha mis latidos, llorar mientras me río es morir de pena, más cuando un tren cualquiera recorre tus andenes sin rumbo a mi estación.
Pensar que piensas en mí es como vivir encerrada en algún lugar de una mente perturbada, y cuando al fin te fijas en mi cara, un guiño inoportuno se marcha cabizbajo hacia un rincón.
Creer que te apetece deshacer la cama es como quitarle hierro a situaciones dolorosas que empiezan donde terminan y acaban con discusión.
Poder dejar atrás tus manos es más interesante que caminar haciendo eses cada tarde, preguntándome si alguna vez imaginaste que cualquier despertar podría haber sido aún peor.
4 comentarios:
Cada día este blog se acerca más a la perfección. Me encanta
... que bueno Mary!!! me gusta mucho....
Joder Maria,
siempre me ha encantado como eras y tal, pero...eres una jodida crack tía!
grande!!!!!!!
(que increible blog sabes jajajaja)
intenso..
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